De acuerdo al doctor Michael Schacter, más del 85% de la linfa que fluye del pecho se drena en los nódulos linfáticos axilares. El resto se drena en los nódulos ubicados a lo largo del esternón. La naturaleza del brasier, lo ajustado de la prenda y el tiempo de uso de la misma pueden interferir con el drenaje y causar un bloqueo linfático. Cuando esto sucede, químicos tóxicos quedan atrapados en el tejido mamario y esto puede representar un riesgo que lleve a una mujer a presentar cáncer.
Asimismo, los sostenes apretados han sido relacionados con el incremento en quistes benignos y dolorosos de mama. Con el uso continuo las mamas se van inflamando, desarrollan tejido cicatricial y algunos conductos lactíferos se obstruyen formando quistes. No es de sorprenderse que la enfermedad fibroquística de las mamas está asociada con un mayor riesgo de cáncer de mama.
Este problema puede ser fácilmente solucionado al utilizar un brasier que se ajuste bien a nuestra talla. Hay que desechar de una vez por todas el estereotipo de belleza actual que promueve el uso de sostenes sumamente apretados con efecto “push-up”.
Un estudio con resultados verdaderamente sorprendentes en cuanto al uso de brasieres es el llevado a cabo por los antropólogos Sydney Singer y Soma Grismaijer, autores del libro “Dress to Kill, The Link Between Breast Cancer and Bras."

- Las mujeres que utilizan brasier las 24 horas al día tienen un riesgo de 3 a 4 de desarrollar cáncer de mama.
- Las mujeres que utilizan brasier durante más de 12 horas al día, más no durmien con la prenda, tienen un riesgo de 1 a 7.
- Las mujeres que utilizan brasier menos de 12 horas al día tienen un riesgo de 1 a 52.
- Las mujeres que rara vez o nunca utilizan brasier tienen un riesgo de 1 a 168.
- En casos de pacientes con enfermedad fibroquística de mama, hay un 90% de mejora con tan sólo suspender el uso del sostén.
Por otra parte, investigadores japoneses descubrieron que el usar corsé o brasier puede reducir los niveles de melatonina al 60%. Esta hormona está relacionada con la regulación de los ciclos de sueño y tiene potentes propiedades anticancerígenas que podrían ayudar en la prevención y tratamiento de esta enfermedad.
Un riesgo mayor radica en utilizar brasieres con varillas metálicas. El doctor George Goodheart, conocido como el padre de la kinesiología, descubrió que al golpear un punto de acupuntura con una pequeña bola de metal se logra la estimulación a largo plazo del punto en cuestión. A este fenómeno se le conoce como el “efecto antena”.

El doctor en naturopatía John D. Andre comenta que estos puntos reflejo son como puntos de acupuntura y se rigen por la ley de la estimulación. Al principio, la estimulación causará un incremento en la función de los puntos para después provocar una sedación y subsecuente disminución en su función.
Los varillas metálicas también pueden actuar como una antena atractora de campos electromagnéticos que, a su vez, puden incrementar el riesgo de padecer cáncer de mama. En pocas palabras, este tipo de estimulación y varillas nos enfermará de manera progresiva y silenciosa.
Cambiar tu brasier no es una garantía contra el cáncer de mama, pero es otra medida proactiva que podemos tomar y que vale la pena considerar.
Ishtar Magally Mubarak
Biocosmiatra
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