Si tuviera que hacer un cambio radical en mi régimen de cuidado facial y sólo pudiera adquirir un producto, sin lugar a dudas, sería el limpiador. La razón es muy sencilla, utilizar la fórmula de higiene incorrecta o no limpiar las veces necesarias puede literalmente arruinar toda nuestra rutina de belleza a pesar de que este tipo de forma cosmética está en contacto con la piel por un tiempo muy corto para después ser retirada. Antes de adentrarnos en los errores de higiene cutánea, es imporante entender la manera en que los limpiadores realizan su función. La superficie de la piel posee una carga negativa (aniónica) mientras que la suciedad que se acumula sobre ella ya sea que provenga de el maquillaje, las secreciones sebáceas y sudoríparas, desechos celulares, polvo, microorganismos, etc. tienen una carga positiva (catiónica). Es de todos bien sabido que los polos opuestos se atraen, lo que resulta en la fijación e incrustación de la suciedad en la queratina aniónica. La única manera de eliminar esta suciedad es por medio de tensoactivos, ingredientes principales (activos) de todas las fórmulas de limpieza. ![]() Los tensoactivos son sustancias que tienen una parte afín al agua (cabeza hidrófila) y otra afín a los lípidos (cola lipófila), es decir agua atrae agua y grasa atrae grasa. Una de las funciones del tensoactivo es reducir la tensión superficial para poder hacer contacto con la suciedad. Un ejemplo de tensión superficial es la que sentimos al tirarnos un clavado. Si agregáramos tensoactivos a una alberca romperíamos esta resistencia y no sentiríamos dolor alguno cuando nuestro cuerpo entra en contacto con el agua. Asimismo, los tensoactivos rompen las cargas eléctricas que mantienen fija la suciedad a la superficie cutánea, la solubiliza y se emulsifica con ella para que pueda ser arrastrada. Con frecuencia, los tensoactivos vienen en conjuntos llamados micelas que van a facillitar el proceso de limpieza. Estarán de acuerdo conmigo que después de haber leído esta información no hay justificación alguna, y este es nuestro primer error de higiene, para no limpiarse el rostro 2 veces al día. Muchas personas argumentan que debido a que no utilizan maquillaje (o simplemente les da flojera retirarlo), sólo es necesario realizar la higiene del rostro por las mañanas. Esto es totalmente falso ya que a lo largo del día, al ser el rostro junto con las manos las zonas más expuestas, se acumulan desechos propios del metabolismo de la piel así como desechos provenientes del medio ambiente (¡hasta heces fecales, imagínense!). Todo esto forma un coctel tóxico que sofoca nuestra piel e impide que se oxigene y se nutra. De ahí la importancia de higienizar el rostro mañana y noche sin importar sexo, edad, raza, etc. Realiza un masaje con movimientos circulares por aproximadamente un minuto para ayudar a desincrustar todas las impurezas. El otro error que con frecuencia se comete en el paso de la higiene es la selección de una fórmula limpiadora con pH neutral o alcalino. La piel, en este caso la del rostro, tiene un funcionamiento óptimo cuando su pH es moderadamente ácido (va del 4.5 a 5.5). Este medio ambiente le permite al manto hidrolipídico, que es una combinación de sudor, sebo y desechos celulares, realizar su función protectora. El sistema de pH funciona en múltiplos de 10, esto significa que una fórmula con pH 8 es 10 veces más alcalina que una de pH 7, mientras que una fórmula con pH 9 es 100 veces más alcalina que la de pH 7 y 10 veces más alcalina que la de pH 8. El agua también representa un problema debido a su pH neutro (7) o mayor si es que se utiliza agua de la llave que contiene altas concentraciones de metales pesados. ![]() El resultado de usar limpiadores y agua con un pH inadecuado es que remueven el manto hidrolipídico de la piel y la alcalinizan. Aunque es cierto que al notar la ausencia de esta barrera ácida la piel intenta restablecer el equilibrio, también es cierto que una vez que el manto es removido puede tardar hasta 14 horas en ser restituido. Para ese entonces, otra higienización habrá sido realizada y entonces entramos en un círculo vicioso en el que nuestro manto ácido es constantemente agredido. Un incremento en el pH de la piel pueden causar y/o exacerbar afecciones como el acné, eczema, dermatitis atópica/de contacto, psoriasis, xerosis (piel seca), etc. Estudios han demostrado que lavar el rostro con detergentes síntéticos con un pH 7 aumenta la concentración de Propionibacterium acnes (la bacteria causante del acne) comparado con el uso de un detergente sintético con pH 5.5. Otro estudio indicó que los pacientes con pie de atleta tienen un pH cutáneo más alto mientras que la cándida crece en un ambiente con pH mayor a 6.5. Por otra parte, un pH elevado está relacionado con una pérdida transcutánea de agua elevada así como la desactivación de enzimas encargadas de la formación de la barrera semipermeable. Estas alteraciones se pueden prevenir/corregir fácilmente al utilizar agua y limpiadores moderadamente ácidos. En lo que al agua se refiere, la más indicada es la destilada (Epura) puesto que tiene un pH parecido al de la piel por el hecho de que es sólo agua sin ningún tipo de mineral o compuesto alcalinizante. Se aplica en algodón para retirar el limpiador; no es necesario salpicar el rostro. Con referencia a los limpiadores, busca aquellos que tengan un pH equilibrante y que estén formulados con emolientes como son los aceites vegetales. Los limpiadores de marcas naturales/orgánicas, como Moor Spa, cuentan con estas características además de estar completamente libres de detergentes agresivos como son todos los sulfatos que hay que evitar a toda costa. ![]() El uso del jabón es algo totalmente contraindicado puesto que se necesita de un pH muy alcalino para poder producir esta forma cosmética. La excepción a la regla es la barra 4-In-1 Bar de Moor Spa que en cuya fabricación se logra reducir considerablemente el pH para dar como resultado un producto que no daña el manto ácido. Si todavía dudan en hacerse de un hábito adecuado de higiene, sólo es necesario que recuerdan lo siguiente: por cada día que ustedes no realicen una higiene facial adecuada (falta de limpieza, uso de limpiadores alteradores de pH) envejecen 7 días. Increíble pero cierto. La buena noticia es que es posible revertir en casi todos los casos (con tiempo y constancia) el daño al manto hidrolipídico, aunque siempre será preferible prevenir que lamentar. ¿No lo creen? Ishtar Magally Mubarak Biocosmiatra Referencias:
- Yosipovitch G, Hu J. The importance of skin pH. Skin & aging 2003; 11(3):88-93. Copyright 2003 HMP Communications. - Yosipovitch G, Milbach I. Howard. Skin Surface pH: A Protective Acid Mantle. Cosmetics & Toiletries Magazine, December 1996, Vol. 111, No. 12. P 101.
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ColaboradorasPamela Madero Archivos
Septiembre 2017
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