![]() El sólo escuchar la palabra invierno a muchos de nosotros nos causa escalofríos, especialmente porque sabemos que es una época en la que nuestra piel sufre al ser constantemente agredida por las bajas temperaturas. La buena noticia es que no tenemos porqué lidiar con esta situación año o con año; existen medidas muy sencillas que nos permitirán lucir una piel radiante sin importar que tan extremas sean las condiciones climáticas. CARACTERÍSTICAS ATMOSFÉRICAS: bajas temperaturas, viento frío, ambiente seco provocado por los sistemas de calefacción. ALTERACIONES CUTÁNEAS: aspereza, descamación, irritación, resequedad, tirantez, exacerbación de líneas de expresión y arrugas. EL REMEDIO: mayor humectación, uso de activos calmantes y antioxidantes, ropa adecuada, dieta rica en ácidos omega. MEDIDAS EXTERNAS - Cambia tus productos de cuidado de la piel: es recomendable empezar a utilizar productos que ofrezcan un mayor grado de humectación durante esta época del año, independientemente de el tipo de piel. Busca limpiadores, geles corporales, jabones, tónicos, sueros y cremas (rostro/cuerpo) que contengan altas concentraciones de activos como los aceites de aguacates y coco, las mantecas de cacao y karité, el ácido hialurónico, el sodio PCA, la glicerina vegetal, etc. No sólo evitarás la pérdida transcutánea de agua al seguir este consejo, sino que también ayudarás a prevenir y disminuir las irritaciones. - Evita baños calientes y prolongados: ciertamente el agua caliente produce alivio ante las bajas temperaturas, pero también es verdad que causa estragos ya que elimina nuestro factor natural de hidratación. Lo mismo podemos decir de los baños largos; limítate a tomar sólo un baño de agua templada al día y que su duración no sobrepase los 5 minutos. - Recuerda humectar tu piel: es importante que tanto en la mañana como en la noche apliques en el rostro una crema humectante adecuada a tus necesidades. No olvides humectar el cuerpo, en especial las zonas que están expuestas a una mayor agresión como son las manos, codos y rodillas. Utiliza el humectante en estas áreas tantas veces como sea necesario; puedes usar guantes y calcetines por la noche para sellar los niveles de humectación. Con el objetivo de aprovechar al máximo el efecto de las fórmulas humectantes tanto faciales como corporales, te recomiendo aplicarlo inmediatamente al salir del baño mientras la piel esté todavía húmeda. ![]() - Exfóliate: al menos una vez por semana con una fórmula apta para tu tipo de piel; ésto te ayudará a remover las células muertas, mantener la piel suave y tersa y prepararla para que penetren mejor los sueros y humectantes. La técnica de cepillado en seco es muy efectiva para el cuerpo, realízala diariamente concentrándote en codos, rodillas y pies. También te ayudará a estimular la circulación y eliminar toxinas a través del sistema linfático. - Aún en invierno, protégete contra las radiaciones UV: los rayos solares invernales también pueden ser muy intensos, sobre todo en lugares con altitudes muy elevadas. Si visitas zonas con nieve, ten en cuenta que ésta refleja hasta un 85% de las radiaciones provocando quemaduras severas. Utiliza una pantalla con un FPS de al menos 25 que contenga dióxido de zinc y óxido de titanio. Reaplica tu protector aproximadamente cada 2 horas. - Cuida tus labios: en definitiva, son la parte más agredida y maltratada durante el invierno. Evita estarte chupándolos puesto que esto sólo empeorará el problema. Utiliza bálsamos labiales elaborados a base de cera de abejas, aceite de coco y/o mantecas de karité y cacao; reaplícalos varias durante el día. De preferencia, selecciona bálsamos que contengan agentes antisépticos como el aceite del árbol del té para evitar infecciones en las grietas. Exfolia tus labios 2-3 veces por semana con un cepillo remojado con aceite vegetal tibio; verás como se eliminan rápida y fácilmente las escamas. ![]() - Ojo con el alcohol: los productos de cuidado de la piel y cabello con altas concentraciones de alcohol producen un efecto refrescante al evaporarse, pero también eliminan por completo su grasa protectora natural. Opta por fórmulas libres de alcohol o, en su defecto, que contengan un bajo porcentaje del mismo. - Abrígate: el uso de ropa adecuada (guantes, bufandas y gorros) protegen tu piel del frío y del aire seco, que reducen sus niveles de humectación. Procura evitar el contacto directo de la piel con materiales ásperos como la lana. - La secadora es tu peor enemiga: el aire caliente reseca el cuero cabelludo, irritándolo y dando como resultado un cabello mucho más quebradizo. Seca tu cabello con la toalla y si necesitas estilizarlo, recurre a opciones que te permitan hacerlo sin el uso de calor. - Invierte en un humidificador: es la perfecta solución a la falta de humedad causada por el clima invernal y el uso de la calefacción. Otra opción es colocar plantas o tazones con agua en las habitaciones en la que más tiempo pasas. ![]() MEDIDAS INTERNAS - Hidráte: un nivel de hidratación adecuado te ayudará a prevenir la resequedad de adentro hacia afuera. Asegúrate de tomar al menos 8 vasos de agua al día, si es necesario entíbiala. Los tés son una muy buena opción durante el invierno; reduce tu consumo de cafeína y el alcohol al mínimo ya que estos deshidratan tu organismo. - No escatimes en frutas y verduras: además de agua, proporcionan potentes antioxidantes que protegen a la piel de las inclemencias del invierno, estimulan la microcirculación y le otorgan un brillo muy especial. Los cítricos, camotes, calabaza de Castilla, castañas, arándanos, aguacates, kiwis, peras, pérsimos y plátanos son abundantes durante esta temporada. - Incrementa tu consumo de ácidos omega 3: son el mejor humectante que puedas consumir. Si eres constante, notarás que en poco tiempo tu piel tendrá un aspecto aterciopeladao y ya no necesitarás aplicar tanta crema. Los alimentos ricos en este tipo de grasas esenciales son: la chía, la linaza, el cáñamo, la nuez de Castilla, las algas marinas, las coles de Bruselas, las espinacas, todo tipo de lechugas, las verdolagas, el bacalao, el salmón y el tofu. - Supleméntate: si poniendo en práctica las medidas anteriormente mencionadas no logras mejorar tu problema de resequedad, toma cápsulas de aceite de pescado libre de mercurio. No olvides consultar a tu médico o nutriólogo para que determine la fórmula y dosis adecuadas. Ishtar Magally Mubarak Biocosmiatra
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ColaboradorasPamela Madero Archivos
Septiembre 2017
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